martes, 7 de junio de 2011

Y créeme, no es normal.

Y  hoy me siento tan, tan grande por estar contigo… por verte cada día, tocarte y poder sentir tu boca junto a la mía.
Sí, sé que puedo decirte mil y una cosas que pienso, y me intento callar aquello que realmente no está en mi mente ni en mi corazón, pero te aseguro que todo lo que te digo lo siento porque yo en el tema del querer no juego con las palabras.
¿Con cuantas cosas he podido compararte? Bah, pero tu imagínate lo más bonito que se te ocurra, pues eso eres tú: Lo más bonito de mi vida.
Muchas veces me preguntas: “¿Por qué?”. Que por qué te quiero, por qué me fijé en ti, por qué sonrío tanto cuando me besas, por qué me muerdo la lengua cuando me río, por qué te hago de rabiar, por qué a veces me quedo seria pensando, por qué te toco el pelo, por qué me gustan tus manos, por qué vamos aquí… allá. También me preguntaste que por qué soy tan guapa, yo creo que de estar contigo… porque tú y solo tú me haces guapa.
Recuerda: Eres bonito, muy... muy bonito. Entonces tu dirás: “¿Por qué?” Como te conozco…
Pues porque lo haces todo por mí. Por venir a verme todos los días, ser mi amigo, querer besarme, hacerlo, llamarme guapa cuando estás a un centímetro de mi boca, decirme que me quieres, agarrarme de la cintura, acariciarme, tocarme el pelo, morderme el cuello, hacerme cosquillas, ser lo mejor que tengo… Existir. ¿Más? Olvidarte de darme mis cosas y así tener una excusa para volver a verme hoy, darme un beso… y otro, y otro… Y morderme y darme otro beso, y sonreír, preguntarme por qué sonrío, ¿para qué me lo preguntas? Si ya lo sabes… y echarme para atrás cuando me besas, y hacerme reír con tus besos, y besar tan, tan, tan… tan bien, ser tan perfecto.
Creo que no conozco a nadie tan perfecto como tú.