domingo, 1 de mayo de 2011

Smile me.

+ Sonríe… por favor, si no es por ti hazlo por mí.
- Hoy no puedo.
+ ¿No? Soy capaz de saltar hasta tu ventana, abrirla, colarme en tu casa y no dejarte en paz hasta que
saques esa sonrisa tan bonita que tienes.
- No, no eres capaz...
+ ¿Qué no? Y sin ni siquiera ir hasta allí
- Lo siento.
+ ¿Quieres que te de motivos? ¿Quieres que te diga cómo eres y por qué vales? Eres una de las personas más maravillosas que conozco, cuando necesito a alguien... apareces, no sé de donde, pero allí estás tú con tu carita, tus palabras, recordándome una y otra vez por qué merezco la pena, con la forma más única de hacerme olvidar lo malo. Por lo que me haces sonreír cuando hablas, me haces sentir bien, a gusto cuando estoy a tu lado, sé que si tengo frío me vas a ofrecer tu abrigo, me vas a abrazar y también vas a hacerme olvidar que estamos en el lugar más frio del mundo, y entonces te miro y tu… sonríes, recuerda… sonríes, que tienes la sonrisa más bonita que he visto nunca.
- Tú sí que eres bonita.
+ Hazme caso.
- ¿Sabes? Sonreí cuando empecé a imaginarte trepando a mi ventana, con esa locura que tienes, intentando entrar en mi habitación, con el pelo alborotado, sabiendo que lo harías para verme solo un instante.
+ Eres tonto.
- Y tú eres preciosa.